Silvia González "cocinitas" nos lleva hasta el interior de Cantabria para descubrir más secretos de un gran soñador valluco, Rodolfo Montero
MARTA BUSTAMANTE Santander 02/06/2020 - 16:04 h. CEST
Director, guionista, productor y también “cocinitas”, así lo reconoce Rodolfo Montero en el programa Hoy por hoy Cantabria. Asegura que es gran cocinero, por ejemplo, los arroces los borda y fue Pepe Sancho quien les enseñó a cocinarlos. Defiende que con buenos productos es imposible hacer mal una receta. Y lo compara con el cine, con un buen guión, también saldrá una buena película, corto o documental. En el programa hemos recordado cuando ganó el Premio Goya 2006 en la categoría de Documental, con “En la cuna del aire” donde relata la historia de los últimos niños campesinos de un pequeño pueblo. No sería el único que recibiría en su carrera cinematográfica. También él de pequeño vivió como cerraban las escuelas de su pueblo, San Martín de Elines, y él y sus seis hermanos tuvieron que irse a estudiar a un internado. Eso le hizo valorar muchas cosas. Desde ese momento tomó conciencia de las carencias que tiene el mundo rural en el que él fue muy feliz y por ello, varios de sus proyectos audiovisuales y cinematográficos ha girado en torno a ese tema y a la necesidad de dignificar y desarrollar el Mundo Campesino. “El prado de las estrellas” de su paisano Mario Camus, del que fue productor y productor ejecutivo más una veintena de largometrajes y otros tantos documentales y cortometrajes bajo el sello de Cre-acción Films, que creó junto con su hermano Nano Montero. Como productor ha alternado la búsqueda de nuevos talentos con la recuperación de “sus” maestros como Vicente Aranda, Mario Camus o Alfonso Ungría. Películas como “Tudancos”, “Luna caliente”, “Las tierras altas”, “Siempre días azules”, “Diario de una becaria”, “El Efecto Iguazú” (Goya Mejor Película Documental 2003), “El invierno de las anjanas” o “Un buen novio” son algunas de su filmografía. Ahora está volcado en su Fundación “Agro y Cultura”, un proyecto fruto del deseo de los hermanos Montero-Palacio de fomentar el desarrollo del Valle de Valderredible, cuyo nivel demográfico, de renta, y por tanto de bienestar, ha sufrido un grave deterioro en los últimos años. A través de ella, tiene el objetivo de llegar a crear una televisión rural que muestre como es realmente la vida en los pueblos. Ahí anda, cocinándolo a fuego lento, porque no quiere que sea un proyecto que nazca y que después muera. La que ya está lista es la “Trucha al horno del alto Ebro con patata de Valderredible”. Es muy sencilla, se corta la patata finita y junto a un poco de cebolla, pimienta y un toque de mantequilla de la buena, se mete al horno, junto con un poco de bacón. Otro trozo de bacón se le introduce en el centro a la trucha y cuando ya está hecho se mete la trucha con un chorro de aceite de oliva a ambos lados. Cinco minutos por cada lado bastan para poder degustarla. Montero ha destacado que algo tan modesto como una patata se puede convertir en un producto excepcional sobre todo si procede de Valderredible. Y a todo esto, Montero no nos ha contado lo de la Granja ecoturística y formativa en la que también trabaja su Fundación. Habrá que invitarle otro día.
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